Esta es mi historia favorita (aunque, francamente, a nadie le importe). Por algún motivo las versiones macabras más sexuales también me gustaron, aunque una parte mía se traumó un poco... Sinceramente la versión original me pareció más interesante que la que escuché por primera vez. Y hasta es más creíble que la versión para niños: "Abren la barriguita del lobo y sacan a la niña y su abuela sanas y salvas" También las moralejas son diferentes. La del cuento moderno es no confiar en extraños... La del original...
Hay quienes dicen que cuando el famoso cuento fue escrito, la gente aún creía en hombres lobo, quienes, junto con las brujas, vivían en el bosque y conocían la sabiduría y la magia de la naturaleza. Inicialmente, Caperucita Roja es una narración sobre el tránsito de la niña a la mujer.
[Terri Windling]
Supongo que ya conocen la primera versión, en donde el cazador encuentra al lobo, que acababa de almorzarse a caperucita y su abuela. El cazador (o leñador en otras versiones) abre al lobo y las saca a ambas; luego rellenan con piedras y el lobo cae a un lago y se ahoga.
También leí una obra de Pipo Pescador que me gustó muchísimo (leanla, si quieren). En el final, la abuela entretiene al lobo hasta que caperucita llega con los leñadores que persiguen al lobo. Es una comedia, así que por eso tiene un final feliz para todos (salvo para el lobo, que no muere pero queda algo maltrecho).
Otras versiones, como la de la película "La verdadera historia de caperucita roja", o la version en Internet del Lobo merecen ser contadas también.
Incluso la del comic online EverAfter (es genial este comic. Por Dios).
En la versión original de caperucita, hay cierto contenido sexual, y el final es horrible. Encontré una versión moderna del original en inglés. (es decir, es el original, pero narrado algo distinto). Yo misma lo traducí.
Había una mujer que había hecho algo de pan. Le dijo a su hija “Ve y llevale pan caliente y una botella de leche a tu abuela”
Así, la pequeña niña se hechó a andar. Cuando dos caminos se cruzaron, se encontró con el bzou (el lobo), quién le dijo “¿A dónde vas?”
“Le estoy llevando pan caliente y una botella de leche a mi abuela”
“¿Qué camino tomas?” dijo el bzou “¿El de las agujas o el de los alfileres?”
“El de las agujas” dijo la pequeña.
“¡Que bien! Yo tomo el de los alfileres”
La niña se entretuvo recogiendo agujas.
El bzou llegó a la casa de la abuela y la mató. Puso su carne en la despensa, y una botella con su sangre en el estante.
La pequeña niña llegó y tocó la puerta. “Empuja la puerta” dijo el bzou “Está trabada por un balde de agua”
“Buen día, abuela. Te he traído un pan caliente y una botella de leche”
“Ponlo en la despensa, m’hija. Toma algo de la carne que está allí, y la botella de vino que está en el estante”
Mientras ella estaba comiendo, un pequeño gato que estaba allí dijo “¡Que vergüenza! Esa zorra está comiéndose la carne de su abuela, y está tomándose su sangre también.”
“Desvístete, m’hija” dijo el bzou “y ven a la cama conmigo”
“¿Dónde pongo mi delantal?”
“Tíralo al fuego. No lo necesitarás más”
Y para toda la ropa - el corpiño, el vestido, la enagua, y sus zapatosy medias -ella preguntó donde debía ponerlos, y el lobo respondió siempre: “Tiralos al fuego, no los necesitarás más.”
Cuando fue a la cama, la pequeña niña dijo “Oh, abuela, que peludita eres!”
“Es mejor para mantenerme tibia, mi niña”
“Oh! Abuela, que uñas más largas tienes”
“Las mejores para rascarme, mi niña!”
“Oh, abuela, que hombros más fuertes tienes!”
“Son buenos para llevar leña, mi niña…”
“Oh, abuela! Que orejas más grandes tienes”
“Para escucharte mejor, m’hija!”
“Oh, abuela, que nariz más grande tienes!”
“Es mejor para tomar mi tabaco, querida”
“Oh!... pero, abuela, que boca tan grande tienes!”
“Es así porque es la mejor para comerte, mi niña!”
“Oh, abuela. Tengo que “hacer” afuera!”
“Hazlo en la cama, niña…!”
“Oh, no abuelita, en serio tengo que hacerlo afuera”
“De acuerdo, pero no tardes demasiado”
El bzou ató una lana alrededor del tobillo de la niña y la dejó ir. Ni bien estuvo afuera, ella lo ató en un ciruelo.
El bzou se impacientó y dijo “Estas regando o abonando?”
No hubo respuesta.
El bzou salió de la cama, siguió el lazo descubriendo que la niña se había marchado.
El bzou la persiguió, y pronto la niña lo escuchó en el camino justo detrás de ella. Ella corrió y corrió hasta que llega a un río rápido y profundo. Algunas mujeres estaban lavando a la orilla del río. “Por favor, ayúdenme a cruzar”, les pidió.
Las mujeres extendieron una sábana sobre el agua, sosteniendo firmemente los extremos. La niña cruzó el puente de tela y pronto estuvo a salvo en el otro lado.
El bzou llegó al río y pidió a las mujeres que lo ayuden a cruzar. Las lavanderas tendieron las sabanas, pero cuando el bzou estaba por la mitad, lo soltaron, causando que este se ahogara.
---
Y, por fin: esta es la version ORIGINAL (es exactamente así):
Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.
-Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.
Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:
-Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.
-¡Oh, sí! -dijo Caperucita Roja-, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.
-Pues bien -dijo el lobo-, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.
El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.
-¿Quién es?
-Es su nieta, Caperucita Roja -dijo el lobo, disfrazando la voz-, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:
-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.
-¿Quién es?
Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:
-Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:
-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:
-Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.
Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:
-Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!
-Es para abrazarte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!
-Es para correr mejor, hija mía.
Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!
-Es para oírte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué ojos tan grandes tiene!
-Es para verte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!
-¡Para comerte mejor!
Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió
Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.
-Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.
Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:
-Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.
-¡Oh, sí! -dijo Caperucita Roja-, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.
-Pues bien -dijo el lobo-, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.
El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.
-¿Quién es?
-Es su nieta, Caperucita Roja -dijo el lobo, disfrazando la voz-, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:
-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.
-¿Quién es?
Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:
-Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:
-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:
-Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.
Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:
-Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!
-Es para abrazarte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!
-Es para correr mejor, hija mía.
Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!
-Es para oírte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué ojos tan grandes tiene!
-Es para verte mejor, hija mía.
-Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!
-¡Para comerte mejor!
Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió
MORALEJA
Vemos aquí que los adolescentes
Y más las jovencitas
elegantes, bien echas y bonitas,
hacen mal en oír a ciertas gentes,
y que no hay que extrañarse de la broma
de que a tantas el lobo se las coma.
Digo el lobo, porque estos animales
no todos son iguales:
los hay con un carácter excelente
y humor afable, dulce y complaciente,
que sin ruido, sin hiel ni irritación
persiguen a las jóvenes Doncellas,
llegando detrás de ellas
a la casa y hasta la habitación
¿Quién ignora que Lobos tan melosos
son los más peligrosos?
QUE FINAL MAS GENIAL. Aunque la moraleja es sabida--.Por último: encontré unas observaciones geniales y muy interesantes en Taringa:
Y como "cereza" al postre (?) encontré esta rara poesía en ingles, referente al cuento (no lo traduzco porque pierde la gracia):
Mother said,
"Straight ahead,"
Not to delay
or be misled.
I should have heeded
Her advice...
But he seemed so nice.
And he showed me things
Many beautiful things,
That I hadn't thought to explore.
They were off my path,
So I never had dared.
I had been so careful,
I never had cared.
And he made me feel excited-
Well, excited and scared.
When he said, "Come in!"
With that sickening grin,
How could I know what was in store?
Once his teeth were bared,
Though, I really got scared-
Well, excited and scared-
But he drew me close
And he swallowed me down,
Down a dark slimy path
Where lie secrets that I never want to know,
And when everything familiar
Seemed to disappear forever,
At the end of the path
Was Granny once again.
So we wait in the dark
Until someone sets us free,
And we're brought into the light,
And we're back at the start.
And I know things now,
Many valuable things,
That I hadn't known before:
Do not put your faith
In a cape and a hood,
They will not protect you
The way that they should.
And take extra care with starngers,
Even flowers have their dangers.
And though scary is exciting,
Nice is different than good.
Now I know:
Don't be scared.
Granny is right,
Just be prepared.
Isn't it nice to know a lot!
And a little bit not...
No hay comentarios:
Publicar un comentario